Córdoba: comenzaron a compactar los vehículos abandonados en depósitos municipales
Son más de 3.500 autos, motos y camionetas. Quedan reducidos a un cubo de un metro cuadrado, que luego se tritura y del que se extraen los materiales para el reciclado.
Todo esto sucede en el depósito que la Municipalidad de Córdoba tiene en barrio San Martín, en la zona norte de la ciudad. Se trata del enorme predio donde funcionó la cervecería Río Segundo, que está repleto de autos, camionetas y motos que fueron secuestrados en la vía pública por cometer alguna infracción, y nunca retirados por sus dueños.
Están apilados, herrumbrados, chocados, convertidos en chatarra. Esparcidos por las más de cuatro hectáreas que tiene la excervecería. La mayoría de las patentes muestran que son secuestros posteriores a 1995, cuando cambiaron los formatos de las chapas, aunque también hay vehículos que aún están identificados con la X que caracterizaba a Córdoba.
La subasta que lanzó la Municipalidad es para que se retiren de allí 1.196 autos y 1.057 motos. Son 1.633,5 toneladas de autos convertidos en chatarra, y 115 toneladas de motocicletas. Los trabajos comenzaron hace un par de semanas, y continuarán por varios meses más.
Luego, la compactadora se mudará al depósito 7, sito en avenida Costanera Sur a metros del puente La Tablada, donde hay 199 motos y 469 vehículos convertidos en chatarra. Tiene poco más de una hectárea y comenzó a recibir vehículos secuestrados por el municipio en 2017. Está repleto de unidades.
Finalmente, se compactarán 254 motos y 371 autos del depósito 6, ubicado al lado de la sede de la Inspección Técnica Vehicular del Chateau, en la zona oeste de la Capital. Tiene poco menos de media hectárea, comenzó a recibir unidades en agosto de 2013 y ya casi no tiene espacio. Hay 539,5 toneladas de autos y 27,9 toneladas de motos. Aquí, los vehículos de cuatro ruedas suman 594,2 toneladas, mientras que los rodados más chicos, 24,21.
Totalizan 3.546 vehículos de tres depósitos que usa la Municipalidad, de los cuales 2.036 son autos y utilitarios, y el resto (1.510) motocicletas de distinto rodado. Suman 2.934,5 toneladas distintos metales que la empresa Hierros Arce le compra al municipio, así que la operatoria no tiene ningún costo para las arcas de la ciudad.
La acción se da en el marco de la ordenanza 13.001 sancionada en enero de 2020, que modificó la ordenanza 12.203 y que permite al municipio proceder a la compactación y disposición final de los vehículos que no se pueden identificar.
La secretaria general del municipio, Verónica Bruera, explicó que el primer paso fue la identificación de los vehículos. Luego, se publicó el listado en La Voz, para que se den por notificados los propietarios. El paso siguiente fue la notificación a todos los Registros del Automotor para que se den las bajas.
Ya en el predio, personal policial realiza las verificaciones sobre los números de chasis y motor. Van identificando y separando a aquellos vehículos que tengan alguna orden de captura o estén judicializados.
Los que están listos, son trasladados por el tractor que tiene un elevador en la punta. Dos operarios retiran los tubos de GNC. El municipio notifica al Enargas y se encarga de cortarlos para que no puedan ser reutilizados.
Entonces, la compactadora comienza su trabajo. Como se dijo antes, está montada en un largo tráiler. Consta de una cabina donde un operario maneja con un joystick un brazo hidráulico con una potente garra de acero.
Esa garra toma a los autos desde el techo. Es tal la fuerza que parecen construidos de papel. Los eleva y los deposita en la batea compactadora. Primero, se cierra ejerciendo presión en la parte superior del vehículo.
Los fluidos son recogidos en el fondo de la batea y bombeados a un depósito que se encuentra en el extremo de la máquina.
Luego, la presión es desde la parte de atrás. Es tal la fuerza que en menos de cinco minutos queda un cubo de un metro cuadrado. La garra lo levanta, y lo va apilando a un costado.
Los cubos se trasladan a la provincia de Buenos Aires, donde la empresa los muele y luego clasifica los materiales para volverlos a fundir.